Desde sus comienzos, el gobierno de Urribarri intentó meter las garras en la conducción de AGMER y en la agrupación Rojo y Negro que con debate, democracia interna y participación de cada escuela, conduce uno de los pocos sindicatos provinciales que representa cabalmente a sus trabajadores y no fue cooptado por el K-urribarrismo.
En las elecciones de 2008, la Rojo y Negro triunfó enfrentando al mismo tiempo al gobierno, al estado y a la conducción celeste de Maddoz, Elízar y Montaldo. Ese trío opuso todos los recursos económicos, legales (y no tan legales), profesionales, patotas y mañas, a fin de impedir la recuperación del Agmer al servicio de los docentes. Opusieron hasta el fraude. Las elecciones “complementarias” de comienzos de 2009 fortalecieron el triunfo Rojo y Negro, que ganó con un programa que proclamaba la independencia del gobierno y de los partidos políticos, y la necesidad de poner el gremio a luchar para los trabajadores.
Las políticas gubernamentales que entonces consolidaron la necesidad de una docencia de pie y en lucha, hoy se profundizaron con el accionar del urrikirchnerismo. Siguen siendo necesarias las políticas de unidad con los demás trabajadores y sectores sociales; la defensa irrestricta de los intereses de los trabajadores de la educación; la soberanía pedagógica; la independencia de los partidos políticos, del estado y las patronales; políticas plasmadas como principios constitutivos de la Rojo y Negro. Con esos principios como faro y bandera, la agrupación logró ganar en las elecciones para vocales representantes de los docentes en el CGE y luego, la recuperación del sindicato. Al mismo tiempo, fue y sigue siendo un pilar en la construcción nacional del frente Lila en Ctera.
Hoy, los entrerrianos asistimos a situaciones inéditas, como el hecho de ser recibidos y escuchados en el propio CGE por nuestros vocales y defendidos en cada una de las situaciones de injusticia vividas; ver a la conducción gremial salir de una audiencia de paritarias y anunciar que la propuesta será debatida por las bases (mientras que Elízar declaraba: “hemos recibido una propuesta más que interesante, todo indica que la vamos a aceptar”). A estas actitudes coherentes se deben notables conquistas: recomposiciones salariales significativas y con importantes blanqueos, producto de las esforzadas luchas docentes; frenado el cierre de cargos con el protagonismo de toda la comunidad educativa (como ante la Res 937).
Ante toda esta historia hecha carne en una práctica de conducción gremial, no es extraño que el urrikirchnerismo haya destinado ingentes esfuerzos al desgaste, la división, la represión y el desánimo de cada lucha docente. Tampoco deben extrañar todos sus intentos de meter cuña en el seno de la agrupación que conduce al mayor sindicato estatal de la provincia; este Agmer que no transa, no se entrega ni se vende pasó a ser blanco de sus maquinaciones.
Los militantes urribarristas que abandonaron públicamente la Rojo y Negro venían desde hace mucho tiempo con un puñal bajo el poncho. Si bien este es un trance difícil y una jugada a favor del gobierno -vaya uno a saber con qué precios-, es una acción que fortalecerá a la actual conducción al haberse transparentado esta situación. Se trata de personas que siendo miembros de conducción o congresales, venían boicoteando, frenando o impidiendo cada una de las propuestas de lucha y construcción emanadas de las bases. Se mostraron siempre más preocupados por cuidarle las espaldas y la “paz social” al gobierno que por sumar a la lucha de los trabajadores.
Es una jugada del gobierno, por eso manifiestan su decisión frente a la prensa antes que en el gremio. Y lo evidencian las columnas centrales que destinó EL DIARIO de Urribarri, los minutos de aire que les dedicaron las radios oficialistas y todo el espacio brindado por la prensa del gobierno, propia o adicta; espacios que el gremio tiene prohibido cuando busca denunciar el estado de las escuelas, de los salarios de los docentes y la situación social de los alumnos.
Estos ¿compañeros? se retiran conscientes de que le hacen el juego al gobierno provincial y nacional. Saben que pusieron su retirada al servicio de los que pagan a los docentes entrerrianos el salario más bajo del país; los que les descuentan los días de huelga y se jactan de su voluntad de romper las medidas de lucha antes que dialogar para solucionar los conflictos. Fueron funcionales a un gobierno que a los ojos de los trabajadores de la educación toma medidas emparentadas a la represión montielista, al poner custodia policial en el CGE para impedirles ingresar a expresar sus reclamos. Sería esperable que, concretada y anunciada la entrega, procedan a renunciar a los cargos; puesto que no tienen nada que hacer en funciones directivas en un gremio que está discutiendo cómo organizar planes de lucha que le arranquen al gobierno la plata que amarretea a los docentes y a las escuelas.
El pueblo y los trabajadores entrerrianos seguimos atentos y confiamos que, fortalecidos al despojarse de lastre, los trabajadores de la educación nucleados en Agmer, seguiremos siendo un faro imprescindible en la lucha por justicia social, soberanía, independencia, federalismo y libertad.
Espacio de la Agrupación Ana Sosa de Agmer (Entre Ríos), adherida a la Corriente Clasista y Combativa.
domingo, 8 de mayo de 2011
Fortalecer AGMER por otro plan de lucha
Ante la nueva jugada del urribarrismo
Fortalecer AGMER
por otro plan de lucha
Ante el nuevo ataque del aparato propagandístico político del gobierno provincial, los docentes debemos unirnos más que nunca. No hay fractura en el gremio: huyen los que prefirieron pararse en la vereda del patrón. Mientras AGMER inauguraba su camping en Paraná, algunos ideaban como dañar al gremio. La unidad para un nuevo plan de lucha, por salario y condiciones laborales es la mejor respuesta que los trabajadores de la educación podemos dar.
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